sábado, 4 de septiembre de 2010

Pelusilla era una niña que vivía dentro de mí.
La dirección exacta de donde se hospedaba era... En realidad no lo sé, a decir verdad, se mudaba con frecuencia. Era como una peonza, una vez que la liberabas de sus ataduras no dejaba de dar vueltas.

Recuerdo la primera vez que entré en un quirófano... Pelusilla se quedo cerca de mi oído para explicarme cuentos mientras yo estaba en ese especie de coma inducido.
Gracias a ella y sus cuentos pude evadirme de la extraña, incómoda y fría atmósfera que habían creado, especialmente para mí, las personas que me esperaban en la habitación.

Pero para qué adelantarme... mejor os cuento de principio a final lo que ocurrió entre pelusilla y yo. Seguramente lo entendáis mejor así.